APIONABO
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El apionabo (Apium graveolens var. Rapaceum), también llamado raíz de apio o apio-rábano, es un ingrediente poco atractivo a la vista pero conquistador en el paladar, tanto en elaboraciones en crudo donde se aprecian más su perfume y aroma, siendo muy habituales las ensaladas con este ingrediente laminado, rallado o cortado en bastoncitos, como una vez cocinado, sea al horno, hervido o a la plancha. Su sabor es muy parecido al del apio pero más delicado y elegante, con matices que acompañan muy bien en multitud de platos, pues no oculta sabores.
Esta raíz no proviene de la misma variedad que el apio de rama que conocemos (Apium graveolens var. dulce), este se cultiva sólo por su raíz en zonas del norte y del este de Europa, donde el apio de rama no se cultiva tan bien.
Si no habéis probado el apionabo, que no os tire para atrás su aspecto, una gran pieza que suele pesar en torno a un kilo. Se presenta una superficie con restos de tierra, marrón clarito y de forma nudosa, pero una vez bien pelado encontraréis una carne compacta y crujiente, de color blanquecino y amarillento que ofrece múltiples formas de elaboración.
Elegid piezas pequeñas, prietas y que pesen, a veces hay sorpresas encontrando el apionabo hueco por dentro. Y para conservarlo, lo mejor es el frigorífico, en una bolsa que permita la transpiración, se conservará varias semanas. No olvidemos que es un alimento también muy valorado nutricionalmente, contiene pocas calorías y es rico en calcio, fósforo, vitamina C y fibra, con una moderada cantidad de almidón.