AJETES
Los ajetes nacen de la misma planta del ajo pero son recolectados antes de tiempo, es decir cuando el ajo aún no está maduro y todavía no se ha formado la cabeza, con lo cual su composición es muy similar a la del ajo maduro, pero menos concentrado en nutrientes y con mayor contenido de agua. En consecuencia también un aroma y sabor más suave. La parte inferior del ajete o ajo tierno, el bulbo, suele ser de color blanquecino, rojizo o morado y las hojas son tersas y de un color verde intenso.
Aportan vitaminas de los grupos A, B, C y E, así como los minerales calcio, fósforo, potasio y magnesio, necesarios para la correcta contracción muscular y el adecuado funcionamiento del sistema nervioso, que favorecen una buena salud cardiovascular.
Si se consumen con frecuencia contribuyen a combatir infecciones de nariz, garganta o pecho y resultan beneficiosos para quienes padecen de hipertensión y personas con riesgo cardiovascular, mejoran el colesterol y regulan el azúcar en sangre. A todo esto hay que añadir sus propiedades anticancerígenas.
En sus cualidades terapéuticas se le atribuyen virtudes antibióticas , antisépticas , antiespasmódicas , aperitivas , carminativas , depurativas , digestivas , afrodisiacas , expectorantes , febrífugas , estimulantes , tónicas…